[postlink]https://deadmenp.blogspot.com/2011/11/herida-abierta.html[/postlink]http://www.youtube.com/watch?v=gu8JiqiCN9Eendofvid
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Valoración:
Título de la serie: Herida Abierta.
Número de episodios: 13 episodios por temporada.
Duración: 30 minutos.
Emisión: 1 vez a la semana,
Horario sugerido: Prime time.
Descripción: A lo largo de la historia el horror ha enfrentado al hombre con sus miedos más profundos. El miedo es el sentimiento más antiguo de los seres humanos y el más real. Todos lo hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas. Esas experiencias nos marcan dejando huellas que nunca cicatrizan pues cuando el miedo entra en la piel, deja una herida abierta.
Género: Horror.
Público objetivo: Adolescentes y jóvenes de un nivel socioeconómico A/B, C+-, que estén en un rango de edad de entre 13 a 27 años.
Programas similares: La hora marcada, lo que cuenta la gente, trece miedos, películas para no dormir, cuentos de ultra tumba y ¿le temes a la oscuridad?
SIGUELOS EN:
LA PRIMER SERIE SOCIAL EN MÉXICO:
Herida abierta introduce a México las series sociales. Un concepto innovador en el que se invita a la audiencia a formar parte del proyecto a través de las redes sociales.
La página oficial de la serie está conectada a Facebook y a Twitter permitiendo que los televidentes compartan la serie en sus muros de facebook o twitter ampliando de esta manera la cantidad de espectadores. De igual manera nuestros seguidores podrán acceder a materiales extras que se generan a lo largo de la producción como son detrás de cámaras, descarga gratuita, entrevistas, tutoriales, radionovelas, blogs y noticias que pueden compartir con sus contactos con dar un solo clic.
INTRODUCCION:
El hombre ha contado historias desde que tiene conciencia sobre sí mismo. Pero su relación con el miedo viene de mucho tiempo antes. No es exclusivo a los seres humanos, todo el reino animal ha estado bajo su influjo: mientras haya vida, habrá miedo. El miedo nos genera incomodidad: nuestro ritmo cardiaco se acelera, nuestra garganta se seca, nuestras manos sudan copiosamente, incluso podemos llegar a sentir mareos o náuseas. Se despierta en nosotros el reflejo que nos lleva al combate o a la huída, el cual puede salvar nuestra vida. La adrenalina liberada en nuestro organismo lo acelera y le da mayor fuerza, mayor resistencia. Pero si los efectos del miedo son tan poco gratos, ¿por qué hay tantas historias que giran en torno a él?
El miedo, además de ser una de las emociones más viejas, puede ser considerada también como la más liberadora. Si nos sometemos voluntariamente al mismo podemos experimentar su influencia en nosotros sin estar necesariamente en un riesgo auténtico. Las historias de miedo, ya sean de horror sobrenatural o cósmico, de terror psicológico o humano, de violencia explícita o sutil, nos enfrentan a nuestros temores desde una perspectiva segura, en la cual no corremos peligro. Podemos sentir los malestares relacionados con el temor desde la comodidad de nuestra cama o en un sillón confortable, con el alivio de que al cerrar el libro o apagar el televisor, el agente del espanto se queda confinado al reino de la ficción.
Ahora bien, algunos detractores pueden alegar que al sobreexponernos a este tipo de materiales puede insensibilizarnos ante los mismos. No podría ser más falso. Si bien nuestra tolerancia puede ser mayor y el umbral de lo que soportamos se puede elevar, nunca dejamos de sentir, de disfrutar incluso, de las consecuencias físicas arriba enumeradas. Podemos también argüir que esta aparente insensibilización tiene su lado positivo, pues esta misma resistencia al temor puede ayudarnos a hacerle frente si es que alguna vez se nos presenta en la vida real, aunque esperemos nunca tener que demostrarlo. De cualquier forma, es importante poder sentir miedo libremente de las cosas que no pueden hacernos daño, para que las que sí representan un peligro verdadero para nosotros no nos quiten el miedo.
Pero por más que uno enfrente todos sus temores, el miedo siempre tendrá poder sobre nosotros. Y es que cuando sufrimos daño físico, las heridas se cierran y las cicatrices nos sirven de recordatorio, pero el rastro que queda en la mente puede no sanar nunca. Porque cuando el miedo entra en la piel, deja una herida abierta.
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